Los probióticos son considerados “microorganismos o bacterias buenas, porque producen efectos positivos para nuestra salud.
Es importante aclarar que todos los probióticos son bacterias “buenas”, pero no todas las bacterias buenas son probióticos. Ejemplo la popular Sacharomyces cerevisiae es un microorganismo “bueno” fermentador que produce pan o cerveza o vino, pero no es un un microorganismo probiótico.
Otro punto que también es importante destacar, es que en una microbiota saludable, además de las bacterias buenas también hay bacterias “malas” o patógenas que producen tóxicos tales como fenoles y aminas a partir de la fermentación intestinal de las proteínas, los cuales “autointoxican el intestino” generando cambios asociados con el envejecimiento.
Una de las funciones más importantes del consumo de probióticos para la microbiota intestinal, es que ayudan a mantener el equilibrio entre las bacterias buenas y las malas (patógenos), las cuales normalmente viven en simbiosis en nuestro intestino. Sin embargo, la proporción de bacterias probióticas a las no probióticas es de 1:4, por lo que hay que “cuidar” las probióticas, no solo consumiéndolas a través de los suplementos y alimentos para reponerlas, sino alimentándolas bien a través del consumo de prebióticos.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (WHO) los probióticos son microorganismos vivos, que cuando son administrados en cantidades adecuadas, le confieren un beneficio específico para la salud de quien los consume.
Como dato curioso la primera vez que se reportó la existencia de un probiótico y el efecto en nuestra salud, fue en Bulgaria cuando se utilizó el Lactobacillus bulgaricus para combatir un brote de Shigellosis. En ese país existe la costumbre de consumir leches fermentadas desde larga data y vieron que quienes lo hacian se curaban de la enfermedad, así que investigaron y encontraron en esas leches una bacteria que llamaron inicialmente Bacilo bulgaro, en honor al país donde se descubrió en el año 1905, el cual más tarde se llamaría Lactobacillus bulgaricus, que es uno de los más conocidos y que se sigue consumiendo en la actulidad, en productos lácteos fermentados como el Kefir y el yogurt o a través de suplementos.
Los probióticos más usados actualmente, tanto en alimentos como en forma de suplemento pertenecen a los géneros Bifidobacterium, Lactobacillus, Echerichia y Sacharomyces.
¿Y cómo actúan los probióticos para mantener el equilibrio de la microbiota intestinal? Se cree que los probióticos pueden inhibir el crecimiento de las bacterias malas, a través de la producción de antibióticos y de ácidos grasos de cadena corta (AGCC) también llamados postbióticos.
Más especificamente, los microorganismos probióticos actúan a varios niveles para disminuir las bacterias patógenas y mejorar las condiciones del intestino.
1- Las bacterias probióticas (buenas) compiten con las patógenas (malas) como E. coli , Shigella, Campilobacter, por los sustratos (el alimento) disminuyendo los que quedan disponibles para las patógenas.
2- Los lactobacilos que forman parte del grupo de bacterias “buenas” producen ácido láctico, que aumenta la acidez del medio y elimina las bacterias patógenas. Esto también disminuye la adhesión de las bacterias patógenas al intestino.
3- Al haber más probióticos presentes el pH del intestino es más ácido y eso implica menos patógenos. Además produce inmunoglobulina A y el antibiótico lizozima, que es el principal antibiótico de todas las secreciones (lágrimas, saliva, etc) humanas.
4- Producen moco, por eso las heces de personas con buena cantidad de probióticos son más liquidas sin ser diarrea.
5- Los probióticos aumentan la absorción de los minerales que provienen de los alimentos de origen vegetal, ya que destruyen compuestos como el ácido fítico y el oxálico, los cuales normalmente están unidos dichos minerales, disminuyendo su absorción a nivel intestinal.
6- También disminuyen la intolerancia a la lactosa, porque la hidrolizan a glucosa y galactosa.
¿CÓMO IDENTIFICAMOS A LOS PROBIÓTICOS?
Ahora bien, para hablar de probióticos y podernos entender, sin ánimo de explicar la taxonomía de los microorganismos, lo primero que debemos saber es cómo identificarlos. Ellos al igual que nosotros los seres humanos, tiene un “DNI (nombre)”, que se basa en la presencia de características comunes a sus parientes.
Es así como un tipo de probiótico, puede compartir muchas características metabólicas, lo cual los haría prácticamente “iguales” y pertenecerían a una misma CEPA o “tipo”.
Los probióticos de una misma cepa, pueden compartir menos características con los de otra cepa y seguir estando emparentados de manera más lejana, estos los ubicaría en una misma ESPECIE. Los probióticos de una Especie, comparten características similares pero más generales.
El siguiente nexo de “parentesco” ya más lejano, es el GÉNERO donde el número las caracterísicas comunes son menores y luego está la “FAMILIA” donde hay menos características en común.
En un probiótico el primer nombre seria el del género, el segundo el de la especie y por último aparece la cepa. Por ejemplo Lactobacillus rhamnosus GG. Lactobacillus es el género, rhamnosus es la especie y GG es la cepa.
En resumen, sí un Microorganismo Probiótico, lo identificarámos como un persona sería así:
• Cepa: Nombre particular.
• Especie: Los hermanos.
• Género: Tíos y primos
• Familia: Es toda la familia en un espectro mucho más amplio, que no vale la pena ver, ya que para identificar un probiótico lo que requerimos es Cepa, Especie y Género.
¿Por qué razón explico esto? Porque en la práctica se “dice y se escribe” en las etiquetas, los nombres de los microorganismos supuestamente probióticos presentes en el alimento, pero si lees por ejemplo Bifidobacterium, Lactobacillus esos son géneros de microorganismos dentro de los cuales hay una gran variedad de especies y cepas, muchas de las cuales no son probióticas e incluso pueden ser patógenas. Un ejemplo claro está en la especie Echerichia coli en la cual hay cepas patógenas como E. coli enteropatógena y cepas probióticas como E coli Nissle 1917.
¿Qué tienes que buscar en la etiqueta de un producto que dice contener probióticos? Nombres completos como por ejemplo Lactobacillus plantarum o en su forma abreviada (L. plantarum), Bifidobacterium longum (B. longum), entre otros.
Ese es el primer punto para identificar un microorganismo probiótico, que esten escritos mínimo con sus 2 nombres y si es necesario con el nombre de la cepa como en el ejemplo Echerichia coli Nissle 1917.
La International Scientific Association of Probiotics and Prebiotics (ISAPP) señala que los consumidores deben tener esta información en la etiqueta, para luego poder cotejar la reseña científica que respalda el efecto probiótico del microorganismo, que se pretende ingerir.
¿QUÉ OTRAS CONDICIONES DEBE CUMPLIR UN MICROORGANISMO, PARA QUE SEA CONSIDERADO COMO PROBIÓTICO?
Además de su identificación precisa y completa como ya se explicó, hay que considerar otra serie de aspectos muy importantes como son, que el beneficio o efecto en la salud sea especifico y no amplio, la dosis y la frecuencia de administración.
En general un tratatamiento con probióticos debe consumirse cuando menos por 5 días, en una dosis de la cepa específica del probiótico de un mínimo 5 mil millones de unidades formadoras de colonias (UFC). en una cantidad de al menos (5x109UFC / día).
Los probióticos tienen que llegar al intestino grueso vivos, porque ahí es donde nos dan todos los efectos positivos de los que hemos hablado. Para eso es muy importante que cuando los compres cuenten con cubiertas protectoras y cuando los consumas sea con los alimentos y no en ayunas, porque ellos deben sobrevivir a lo largo del tracto gastrointestinal, tolerar el ácido del estómago, la bilis y las enzimas a nivel gástrico e intestinal y posteriormente, adherirse al epitelio intestinal.
Otro dato importante, la fecha de caducidad ya que los probióticos no duran vivos o son viables por más de un año, desde la fecha de elaboración que marca la etiqueta en el empaque.
EFECTOS POSITIVOS SOBRE LA SALUD DEBIDO AL USO DE PROBIÓTICOS ESPECÍFICOS.
Se han publicado algunas investigaciones donde se encontraron efectos positivos del uso de probióticos para las siguientes dolencias:
• Diarrea infantil.
• Diarrea asociada a antibióticos.
• Diarrea del viajero.
• Enfermedad inflamatoria intestinal, colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn.
• Vaginitis y enfermedades urogenitales.
• Reducción del colesterol, efectos sobre la obesidad y la diabetes, intolerancia a la lactosa.
Uno de los cambios implementados en los ultimos años en el tratamiento de la intolerancia a la lactosa es la prescripción del probiótico Lactobacillus bulgaricus y no de la enzima lactasa como se ha venido haciendo, porque está intoleracia no se produce, por falta de la enzima lactasa, sino por carencia o poca cantidad de Lactobacillus bulgaricus que desdobla la lactosa en sus componentes, glucosa y galactosa en el colon.
¿QUÉ INFORMACIÓN DEBE CONTENER LA ETIQUETA DE UN SUPLEMENTO O ALIMENTO QUE DECLARA CONTENER PROBIÓTICOS?
En el empaque de un suplemento de probióticos o un alimento suplementado con probióticos, siempre debe aparecer la siguiente información:
1- Ingredientes/alergenos: debe declarar todos los ingredientes, activos o inactivos en orden descendiente de peso (cantidad) e incluir la presencia de posibles alergenos.
2- Contenido del empaque: debe indicar la cantidad en peso (30 g), el número de dosis (60 cápsulas), Número de células activas (14x 109 UFC/g).
3- Cápsulas contenido: Debe colocar la lista de los nombres completos de todos los probióticos que conforman la mezcla: (ejemplo Lactobacillus rhamanosus CD3, L. plantarum, AB2 L .salivarius EF6, etc.) y recuerda que Lactobacillus (género), rhamanosus (especie) CD3 (cepa).
4- Otros ingredientes: (celulosa, agua, dextrosa anhidra, Fibra dietetica soluble (prebiótico), aceite de palma no GMO).
5- Dosis diaria: 1 cápsula/día.
6- Alegación de salud: si tiene alguna declaración de salud aprobada por la FDA o la EFSA puede escribir en el empaque la alegación aprobada, si no es el caso debe escribirse: este suplemento no ha sido evaluado por la FDA y por ello no puede ser usado para diagnosticar, tratar, curar o prevenir ninguna enfermedad.
7- Tiempo de vida útil (duración): consumir antes de febrero 2023. Esto significa que el producto fue fabricado en febrero del 2022, porque el tiempo de vida útil estimado para los probióticos es de 1 año.
Bibliografía
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The ISAPP quick guide to probiotics for health professionals: History, efficacy, and safety. A resource prepared by the International Scientific Association for Probiotics and Prebiotics 2019, International Scientific Association for Probiotics and Prebiotics .
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